¿Qué es el Design Thinking?



El Design Thinking es un método para generar ideas innovadoras, basado en entender y dar solución a las necesidades reales de los usuarios. Proviene de la forma en la que trabajan los diseñadores de producto. De ahí su nombre, que en español se traduce de forma literal como «Pensamiento de Diseño». Es una metodología que se enfoca en la creatividad. Su objetivo es aprovechar las habilidades de los profesionales para encontrar soluciones novedosas a las necesidades de las personas.

Se empezó a desarrollar de forma teórica en la Universidad de Stanford en California (EEUU) a partir de los años 70, y su primera aplicabilidad con fines lucrativos como «Design Thinking» la llevó a cabo la consultoría de diseño IDEO, siendo hoy en día su principal precursora.

Empresas como Apple, Google o Zara lo utilizan. Al ser un gran generador de innovación, se puede aplicar a cualquier campo. Desde el desarrollo de productos o servicios hasta la mejora de procesos o la definición de modelos de negocio. Su aplicabilidad tiene como límites nuestra propia imaginación.

“Su fundamento, y del diseño en general, es el entendimiento profundo del ser humano, de sus relaciones y de sus interacciones para identificar cuáles son sus necesidades puntuales y crear una fórmula que responda a ellas”.

Daniel Torres, diseñador miembro de Sistematic Inventive Thinking (SIT).


Si bien este sistema incluye ejercicios comunes de prueba y error, tiene varios aspectos diferenciadores. Sus principales características distintivas son:

  • Considera el estado emocional de los usuarios frente al problema.
  • Permite la redefinición del problema inicial, entendiendo que este puede evolucionar.
  • Integra la capacidad de todo el equipo, permitiéndoles aportar desde su especialidad.
  • Busca la identificación temprana de errores y problemas en la solución planteada.
  • Crea una atmósfera sin limitaciones ni reglas para dar espacio a todas las ideas.
  • Se enfoca en lo visual durante el proceso de creación.

De esta forma, el Design Thinking se enfoca en la experiencia de los usuarios finales y aprovecha todas las habilidades de los profesionales.

El Design Thinking “Es una disciplina que usa la sensibilidad y métodos de los diseñadores para hacer coincidir las necesidades de las personas con lo que es tecnológicamente factible y con lo que una estrategia viable de negocios puede convertir en valor para el cliente, así como en una gran oportunidad para el mercado”.

Tim Brown, actual CEO de IDEO


Además de ser un método que puede ayudar a cualquier empresa a asumir diferentes problemas y desafíos de una forma distinta, al centrarse de un modo muy particular en los usuarios o personas a quienes les afecta algo en concreto, el Design Thinking tiene varias ventajas interesantes. Mientras se propone crear soluciones que se adapten a las necesidades, gustos y deseos de las personas, de la forma más certera posible, a través de un método que concibe el aprendizaje y el fracaso como parte del proceso para llegar a la solución, haciendo que este se repita tantas veces como sea posible hasta llegar al resultado deseado, el pensamiento de diseño se convierte en una herramienta, cuyo valor no se reduce exclusivamente a posibilitar la creatividad y la innovación dentro de cualquier empresa. Viéndolo de una forma más amplia, el Design Thinking es una forma de aprender mientras se crea y se buscan soluciones que se adapten mejor a las necesidades de los usuarios. Todo ello evitando los altos costos que pueden tener otros métodos más tradicionales, en los que, si algo saliera mal, podría no haber vuelta atrás, algo que con el Design Thinking es posible y además viable, en la medida que ayuda a reducir los riesgos, que a menudo van ligados al desarrollo de nuevos proyectos.


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